Ayer tras una discusión con mi marido, sobre si mi coche era gris perla, gris tórtola, gris rosado o gris lino, y en un alarde de osadía, decidí lavar el coche para averiguarlo. Trece horas después, hemos empezado otra discusión, pues de tono gris ha pasado a ser tono blanco. Un limpiador municipal esta mañana ha metido su sopladora de hojas, sobre un montículo de arena blanca que había en la acera junto a una obra y ahora no puedo saber si el coche es blanco puro, blanco perla, blanco orquídea o blanco marfil.
Gracias señor limpiador municipal por cambiarme el color del coche, ya estaba hartita del gris.
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